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Mostrando entradas de diciembre, 2010

Felices fiestas

A todos los lectores de este blog les mando un gran abrazo y mis mejores deseos para estas fiestas. Por cierto, por la sencilla razón escribiré el próximo año.                  ¡Felices fiestas a todos!

Scriptio continua

SEIMAGINANSITODAVÍASIGUIERAMOSESCRIBIENDOENUNAESCRITURACONTINUA. La scriptio continua  (escritura continua) era la escritura de los griegos (en particular en el periodo arcaico) y por mucho tiempo también de los latinos. La diferencia entre lo que escribí arriba y la manera como lo hacían los griegos era por medio de la escritura fonética. Al escribir según la fonética, la sintaxis estaría más relacionado al lenguaje hablado, casi como lo hacen muchos jóvenes cuando abrevian su escritura. Por lo tanto, lo que escribí arriba con altas para asemejarse a la escritura de aquellos años tendría que ser así: CIMGINSITDVASGIERMSSCRBNDNUNASCTTRACNTINA.       Para descifrar ese enmarañado de letras que a primera vista parece que no tiene sentido, el lector debe reconocer lo escrito leyendo en voz alta. Sólo con la lectura en voz alta es posible "reconocer" lo que está oculto a primera vista. Así, la escritura continua tenía mucho peso en el reconocimiento de la secuencia gráfica, todo

Los verbos que significan leer en la época de Platón

El presente texto es parte del primer capítulo de mi tesis y hoy quiero compartir con ustedes estos interesantes datos. Comentarios y sugerencias serán más que bien recibidos. En el periodo en el que vivía Sócrates y también Platón se experimentó un cambio drástico en la evolución del conocimiento: la lectura de los textos, no solo en voz alta sino también en silencio, estaba adquiriendo un mayor hábito. Los griegos de aquellos tiempos, en especial los actores y algunos intelectuales, leían por placer, para conocer determinada ley o para representar ante un público una obra teatral o una declamación poética. Cabe resaltar que el grueso de estos lectores eran esclavos pues una persona libre no podía ejercer la lectura porque hacerlo era doblegarse ante el autor y esto significaba perder la libertad. Cualquier griego tenía que tener presente que para “participar en la vida de la ciudad, el ciudadano tenía que ser eleútheros , ‘libre, sin trabas’” [1] de lo contrario estaría condenado

Diccionario editorial: Márgenes

Los márgenes son de vital importancia, al menos para mi gusto. Sin ellos, por ejemplo, no podríamos tomar un libro y ojear toda la mancha del texto, pero tampoco podríamos hacer nuestras anotaciones. Estas son algunas de sus funciones, pero antes de seguir es bueno saber que son cuatro los márgenes de una página: superior o de cabeza inferior, de pie o falda exterior o de corte interior, de lomo o medianil Los márgenes se determinan obedeciendo a normas generales que combinan la estética con la funcionalidad. La primer norma es que el margen de corte tiene que ser aproximadamente el doble que el del medianil, lo mismo debe aplicarse con el inferior y el superior.       Para sacar los márgenes yo recomiendo apegarse a la normalizada , que es similar a la divina proporción, sólo que en vez de partir de los 5/8 tiene una proporción 1:1.4, es decir, 5/7. La medida se saca restando a la altura de la página la de la caja, el resultado se divide entre dos y a esto se le suma una pica, c

Suicidio, espada y lectura

Hoy les quiero compartir un párrafo que me ha dejado sorprendido. No puedo imaginar otro tipo de pasión por la lectura que la que se cuenta a continuación: Según cuentan, Catón de Utica, antes de quitarse la vida, se retiró a sus aposentos, tomó el Fedón , el diálogo de Platón que trata del alma, y leyó una buena parte del mismo. Advirtió entonces que su espada no estaba en el lugar de costumbre, preguntó el motivo a un criado sin obtener respuesta; volvió, pues, a su lectura, pero de nuevo la interrumpió para ordenar a su criado que le devolviera su espada. Una vez terminado el libro, como nadie le llevaba el arma requerida, hubo de gritar para que la orden fuera obedecida; conseguido por fin su objetivo, volvió con el escrito de Platón y lo leyó de nuevo dos veces. Al final, después de haberse adormecido por unos momentos, se suicidó clavándose la espada en el pecho. Tomado de Historia de la lectura en el mundo occidental , dirigido por Guglielmo Cavallo y Roger Chartier, Ed. Taurus.