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Mostrando entradas de enero, 2011

La tiendita de los errores, I

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Es lamentable que la institución gubernamental encargada de educar a un país tenga libros de texto con una cantidad aterradora de errores. En el análisis que he hecho de los libros de texto de quinto y sexto año de primaria, he descubierto que los libros están redactados con las patas. Por eso el departamento de Cuidado editorial de la Subsecretaría debería llamarse DesCuidado editorial . Los errores van desde la gramática, la sintaxis, los problemas de inteligencia y el pésimo cuidado de la colección. Cada libro es diferente en su diseño, no hay un orden que le ayude al lector (en este caso a los niños y los maestros) a abstraer todos los libros que los acompañarán durante todo un año.       Para muestra de los errores vean la siguiente imagen:     De entrada lo circulado con rojo nos indica que hay una terrible confusión entre el verbo haber y el verbo hacer. Lo que se le está pidiendo al alumno es que haga siempre lo mismo con los tiempos de las sílabas. Es decir, ese has debería

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Mis manos queman lo que toco. Las palabras se revientan al salir de mi boca, son caballos desbocados, furiosos, libres, tienen alas y nadan por espacios infinitos de océanos que no conocen el tiempo; al explotar deslumbran todo lo que está a su paso y la verdad que tras ello se muestra deja sin comprensión a quien las escucha. La intensidad de la que están recubiertas es tan sagrada y tan solemne que es necesario recrearlas, reinventar el lenguaje, destruir el mundo y todo lo que en él está contenido.                     Mira a ese perro paseando a su dueño.                     Mira como vuela el cielo en los pájaros inmóviles.                     Mira a ese señor jugando con la tierra del parque.                     Mira mi mano,                     ¿la ves?,                     ahora es una boca                     y al rato música.                     Mira mis ojos,                     ¡obsérvalos bien!,                     míralos...                     No

Diccionario editorial: Colgado

Cuando escuchemos esta palabra y estemos en un trabajo editorial no hay que espantarse. El colgado  o descolgado  es el blanco que suele dejarse entre el límite superior de la caja y la cabeza o título, es decir, es el espacio en blanco que vemos entre los principios de capítulo o las divisiones mayores de un libro. Algunas editoriales prefieren dejar el blanco entre el título, pegado en la parte superior de la caja, y la primera línea del texto. También puede consultarse colgar .     

El duende de los libros

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Tengo la firme convicción de que en las letras habitan unos pequeños duendes que tienen como razón de oficio el crear erratas o distraer al corrector en su oficio. ¿Dónde viven esos seres del mal? Me gusta pensar que al pie de las letras.       La errata que está presente en el libro Partículas elementales , de Michel Houellebecq, me produjo mucha gracia porque hasta parece intencional. En el segundo párrafo de la imagen se lee lo siguiente: "[...] Djerzinski modificó profundamente nuestra concepción del tiempo; pero su mayor mérito, según Hubczejak, es haber establecido los elementos de una nueva filsofía [sic] del espacio". De seguro los elementos eran tan innovadores que rompieron con el espacio de las letras y su formación de la filosofía. Pequeño detalle de la primera 'o' que tuvo la gracia de huir pues es una partícula nada elemental de la filosofía.