Para los que piden prestados libros o los roban
cabo de mandar un correo a uno de mis amigos con la firme intención de que me regrese un libro, sólo espero que el mentado libro aún esté en sus manos. Quisiera pensar que lo leyó, me gustaría creer que el libro movió varias de sus fibras, pero lo dudo mucho. Debo confesar que he perdido pocos libros, uno de ellos fue cuando estudiaba en la Facultad de Filosofía, en verdad me molestó mucho que mi amiga no me regresara el libro y por eso dejé de prestar aquéllos objetos que considero parte de mí. Tengo la firme teoría de que se puede conocer a una persona por lo que hay en su biblioteca, fonoteca y videoteca. Total, ese libro de Deleuze ya nunca estará en mis manos. Lo malo es que esa experiencia no me bastó y le presté a uno de mis mejores amigos un libro titulado El abismo , de Federico Reyes Heroles. Debo confesar que ese libro me ayudó mucho a tomar una decisión radical en mi vida de pareja, de eso ya tiene cinco años y el libro tiene el mismo tiempo en posesión de mi amigo. Caray. ...