Una noche más
Desde la ventana de mi cuarto veo a lo lejos la luz neón de un hotel, esos centros religiosos donde el cuerpo se redime con el sudor del sexo. El tic-tac de mi reloj de mano rompe el silencio de la noche y yo respiro pesadamente pues las horas del día y de la soledad me pesan mucho. Mi cobija es la única que me abraza; mi almohada, la única que me besa y el silencio es la voz melodiosa de una linda mujer que todavía no llega. Todavía faltan muchas horas para que comience el día, muchas palabras son necesarias para escribir lo que pienso y yo estoy cansado.
Hoy soñé, mientras estaba despierto que mi vida no era mía, que estaba soñando a otra persona que no soy yo. Unas frases de Pessoa vinieron a mi mente, recuerdos de una vida que no es mía retoñaron en mí, de pronto vi el monitor de la computadora, el diccionario estaba abierto, unas hojas sobre el escritorio y yo, soñándome en mi sueño.
Justo ahora, a las tantas horas de la noche, me pregunto si estaré soñando.
Comentarios