Mi experiencia revisando libros
Un mes. Leer 100 libros de distintas casas editoriales, 50 propios y 50 de un gran amigo. Juntas cada martes. Llenar muchos formatos para evaluar los libros. Seleccionar de los 50 que escogí 10 libros (cinco de narrativa de ciencia ficción y cinco de misterio y de terror, cosa que no se logró). Hacer seis reseñas. Todo esto fue a lo único que me dediqué durante un mes, labor que afortunadamente coincidió con el fin de relaciones laborales en la revista donde trabajaba. bbmundo fue el lugar donde aprendí muchas cosas, eso siempre lo agradeceré, por lo demás no haré ningún comentario.
Ser parte del grupo 13 de la selección de libros ha sido una grata experiencia, en primer lugar por las personas que conocí (Daniel Téllez, Irene S. Rodríguez, Iván Cruz Osorio, Marco Anselmo Sortibrán y Jorge Luis Herrera –quien me invitó a ser parte de este gran grupo–) y de las que aprendí mucho, aún cuando nos tratamos poco; en segundo lugar, leer siempre es un placer aunque en ciertos momentos sea asfixiante.
Seleccionar los libros implicaba muchas cosas. Fijarse, de entrada, que los libros sean del género al que pertenecen, ya que las editoriales mandaban títulos y tramas que nada tenían que ver con la ciencia ficción o con el misterio y el terror. Otras cosas en la que había que estar atentos era en la calidad editorial, que el tema estuviera relacionado con el programa de estudios y que propiciara el amor por la lectura.
Como se ve en la imagen de arriba y de abajo había diseños terribles, lo verdaderamente decepcionante era conocer la casa editorial.
Otros libros tenían minucias en la redacción, problemas en la caja, erratas garrafales.
Así fue este mes. Sumergirse en los libros, vivirlos, gozarlos, analizarlos, pensarlos para los niños (lectores en potencia). Y al final: saber que una letra en un infierno cabe, pero siempre habrá Virgilios que nos acompañen en esa tarea. Gracias a Jorge Luis porque me hizo partícipe de ese gran grupo.
Ser parte del grupo 13 de la selección de libros ha sido una grata experiencia, en primer lugar por las personas que conocí (Daniel Téllez, Irene S. Rodríguez, Iván Cruz Osorio, Marco Anselmo Sortibrán y Jorge Luis Herrera –quien me invitó a ser parte de este gran grupo–) y de las que aprendí mucho, aún cuando nos tratamos poco; en segundo lugar, leer siempre es un placer aunque en ciertos momentos sea asfixiante.
Seleccionar los libros implicaba muchas cosas. Fijarse, de entrada, que los libros sean del género al que pertenecen, ya que las editoriales mandaban títulos y tramas que nada tenían que ver con la ciencia ficción o con el misterio y el terror. Otras cosas en la que había que estar atentos era en la calidad editorial, que el tema estuviera relacionado con el programa de estudios y que propiciara el amor por la lectura.
Como se ve en la imagen de arriba y de abajo había diseños terribles, lo verdaderamente decepcionante era conocer la casa editorial.
Otros libros tenían minucias en la redacción, problemas en la caja, erratas garrafales.
Así fue este mes. Sumergirse en los libros, vivirlos, gozarlos, analizarlos, pensarlos para los niños (lectores en potencia). Y al final: saber que una letra en un infierno cabe, pero siempre habrá Virgilios que nos acompañen en esa tarea. Gracias a Jorge Luis porque me hizo partícipe de ese gran grupo.
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Un abrazo,
Jorge Luis