Vita brevis

Es lamentable comprender la manera tan rápida como se pierde la costumbre de escribir, de sentarse y externar los pensamientos; lo lamentable viene de uno, de la exigencia, del acto de escritura. Yo dejé de hacerlo porque me dio por saturar mi tiempo con el trabajo, pero ahora espero retomar con más constancia las entradas al blog.


Decidí titular esta entrada Vita brevis porque es lo que sentí durante un mes: la brevedad de la vida, desierto de los días y polvo en los ojos. Todo empezó con un correo en el que se me invitaba a ser autor del libro de Español, segundo grado de secundaria para una conocida editorial. Sin pensarlo, acepté el reto. Digo reto porque mi experiencia con los libros de texto eran desde el plano de la edición, en particular desde la digital.
   Después de trabajar en el rediseño de Enciclomedia participé en el desarrollo de guiones (sobre todo del contenido) del proyecto gubernamental de Habilidades Digitales para Todos (HDT). Los guiones, objetos de aprendizaje, son una herramienta educativa que buscan fortalecer la educación del alumno. Verdadero reto cuando se tiene conocimiento de las fallas en la educación. Los contenidos que creaba, bajo la batuta de mi admirada Artemisa Martínez, eran para la materia de Español.
   De ahí el trampolín al libro, con un intermedio de frustración gubernamental. Horas de exámenes para postularme como Coordinador de publicaciones del Centro de Estudios Migratorios, perteneciente al Instituto Nacional de Migración, y después de los exámenes saber que la plaza no la obtuve por problemas de salud... Pero bueno, regresando al libro. A los días vino el correo (que algunas veces se siente como el llamado).
   No pude negarme, no por eso que llamamos ego. Una junta y a los dos días empecé a trabajar en la redacción de los contenidos. 52 páginas por bloque, una semana, más el aparato crítico y otros elementos que pertenecen al libro. En verdad eso lo hacía más un reto. La educación, bueno, está el Acuerdo 592, y ahí los lineamientos para la educación.
   Un día para pensar cómo escribirlo, qué decir. Y entonces empecé a escribir, a generar el contenido. Así pasaron los bloques, y llegó lo inevitable, la última fecha de entrega. Locura, dos capítulos pendientes. Sin coautoría porque la comunicación con mi editora fue poco eficiente respecto al tema. Y llegó la mano salvadora de mi amiga Norma López. Gracias a ella existe el Bloque V, gracias a ella no acaricié por más tiempo a la locura y las horas de sueño, que en ese mes se redujeron a dos por día, fueron de dos por día y no nulas. Por desgracia, en el libro ella no puede aparecer como coautora (asuntos de la editorial), pero he aquí su reconocimiento.
    La fecha de entrega de los últimos bloques fue para el jueves santo. Esa semana sentí que mi cuerpo descansó. La tensión a la que me enfrenté fue mucha, tanto en lo psicológico como en lo económico (no se puede trabajar pensando que ya no tienes dinero). Ahora el libro está en correcciones y la moneda en el aire. Su publicación depende de la aprobación de la SEP.
    Como decía al principio. Con la escritura del libro aprendí que la vida es en verdad un suspiro y comprendí que para transformar a México el primer enemigo a vencer es el libro de texto (que de ahora en adelante será libro detesto). Por qué me refiero así de un artificio tan noble, varias son las razones.



  1. Los libros de texto, en nuestro país (desconozco su lo mismo pasa en otros lares) se tienen que escribir primero cumpliendo el Acuerdo 592. Los contenidos que en el libro están son interesantes pero tienen un gran problema. Están construidos desde la fragmentariedad del discurso. Lo que quiero decir con esto es que lo que impera en el Plan de estudios es que los temas no tienen una unidad. ¿Cómo queremos que nuestro lector, que debe en todo caso razonar, entienda y dé coherencia a los temas que ve si no hay unidad?
  2. Sumado al punto uno viene otro gran problema. Los libros de texto se convirtieron en manuales de ejercicios. La fórmula que quiere la SEP es de ejercicios complicados, donde el alumno investiga y resuelve los problemas, en equipo o individualmente. Aquí el problema tiene más trasfondo. En apariencia está muy bien este proceder pero los alumnos carecen de conocimientos pues la repetición (los temas son los mismos, revísese el grado que se quiera) de los conocimientos sólo genera olvido. Por otro lado, la ayuda del profesor (la mayoría de ellos con escasos conocimientos) puede ser nula y perderse un enriquecimiento en el tema, cabe señalar que el procedimiento de enriquecimiento es el que quiere propiciar la SEP. Finalmente, la curva de aprendizaje se rompe. El libro, desde la escritura didáctica, no sirve.
  3. Si el libro no es un libro, pero tampoco funciona como cuaderno de ejercicios o manual, entonces qué es. Yo no lo sé. Creo que el libro de texto debería de transformarse. Entiendo y veo favorable que se propicie el uso de la razón entre los alumnos (el problema aquí es quién enseña a los maestros, los cuales aprendieron desde las dinámicas de la maquinaria llamada memoria, a razonar) y que los libros tengan esa finalidad, pero pierden toda su utilidad cuando el mediador, el consejero tampoco funciona. A mi humano entender el libro debería de ser muy claro, con material autocontenido (ejercicios, lecturas, etcétera) pero que también incite a la búsqueda en otras fuentes. Los libros educativos, espero no decir una burrada, deberían de pensarse más como si fueran sitios de internet. La hipertextualidad debería reinar, finalmente es a lo que se enfrentarán muchos de los niños. Por qué digo esto. Como decía arriba, el discurso en los libros es fragmentado, puedes hablar de los usos del lenguaje, puedes estar buscando generar habladores concientes de su idioma y de la manera de expresarse, pero que lo hacen sin un sentido. Los temores que hay hacia la lectura en internet se deben a que no sabemos darle unidad a la lectura, pero no sólo de internet, también en los libros. Al escribir el primer bloque empecé hablando de una revista temática y el artículo para la revista, luego reflexioné sobre el cuento en hispanoamérica para terminar hablando del lenguaje en la escritura de derechos. Una verdadera ensalada de locos, diría mi abuela. Entonces ¿cómo queremos que el alumnos reflexione? ¿Cómo el maestro? Lo que la SEP pide ahora, en tanto estructura de contenidos, es como leer en un sitio algo de política, pasar a la palabra que dice canción y escuchar algo de música, para terminar hablando de las normas. La lectura en internet no es deficiente por sí misma, lo es la carencia de unidad. A esto me refiero al decir que los libros deberían ser escritos como si fueran hipertextos... Pero bueno, para ello falta mucho.
Así la vida breve se me fue de entre las manos. Duermevelas que me hicieron temer cada vez más en el oficio porque si queremos modificar nuestro sistema educativo y su planta de profesores, primero debemos empezar por pensar... Entonces empieza el hoyo negro.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Saludos Sr. Moisés.

Hallé muy interesante los consejos que da Ud. acerca del proceso de creación de una revista en México. Muy objetivos, y oportunos por demás, para quienes gustamos y creemos en la virtud de la buena escritura como vehículo comunicador, y andamos con ese género de empeños en la cabeza.

Gracias; y si se animara a impartir alguna conferencia o plática acerca de este particular, por favor, le ruego me lo comunique a alexander_mirabal@yahoo.com. Sería muy provechoso el contacto presencial con la experiencia que tiene Ud. al respecto.

Alexander

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