Diccionario editorial: hoja de estilos
La siguiente entrada es gracias al descubrimiento de un blog de edición llamado Nisaba, tiene entradas sumamente interesantes es posible encontrar información muy útil y reflexiones bastante enriquecedoras, por eso les recomiendo mucho que se hagan sus lectores.
Después de esa breve introducción, agradecimiento y divulgación de la fuente en la que me baso daré paso para hablar de la hoja de estilos, la cual es "el conjunto breve, puntual y conciso de las decisiones editoriales que se aplicarán durante la revisión". Esto quiere decir que en la hoja de estilos van los aspectos débiles de la obra (si la revisión es de contenidos); las decisiones que implicarán correcciones de redacción, sintaxis y discurso (si la revisión es de estilo y comunicación); o si las decisiones versan sobre la unificación tipográfica (si la revisión es ortotipográfica). Por lo tanto, la principal tarea de la hoja de estilos es la de ayudarnos a recordar lo que se ha decidido sobre los diferentes casos a tratar.
A diferencia del manual de estilo de la casa editorial, la hoja de estilos depende del texto, pues recopila los aspectos normativos y de unificación sobre el mismo. Por dicho motivo es de una extensión breve, lo que facilita la consulta rápida y fácil.
Jacqueline Murillo, autora del blog Nisaba, señala que cuando se comparte la hoja de estilos se tiene la ventaja de la comunicación entre las personas involucradas, lo que evita reclamos y disputas en etapas avanzadas en el proceso editorial, o bien, que se cometa una equivocación masiva, resultado de los errores de criterio distinta a la elegida por quien está corrigiendo.
Después de esa breve introducción, agradecimiento y divulgación de la fuente en la que me baso daré paso para hablar de la hoja de estilos, la cual es "el conjunto breve, puntual y conciso de las decisiones editoriales que se aplicarán durante la revisión". Esto quiere decir que en la hoja de estilos van los aspectos débiles de la obra (si la revisión es de contenidos); las decisiones que implicarán correcciones de redacción, sintaxis y discurso (si la revisión es de estilo y comunicación); o si las decisiones versan sobre la unificación tipográfica (si la revisión es ortotipográfica). Por lo tanto, la principal tarea de la hoja de estilos es la de ayudarnos a recordar lo que se ha decidido sobre los diferentes casos a tratar.
A diferencia del manual de estilo de la casa editorial, la hoja de estilos depende del texto, pues recopila los aspectos normativos y de unificación sobre el mismo. Por dicho motivo es de una extensión breve, lo que facilita la consulta rápida y fácil.
Jacqueline Murillo, autora del blog Nisaba, señala que cuando se comparte la hoja de estilos se tiene la ventaja de la comunicación entre las personas involucradas, lo que evita reclamos y disputas en etapas avanzadas en el proceso editorial, o bien, que se cometa una equivocación masiva, resultado de los errores de criterio distinta a la elegida por quien está corrigiendo.
Así que ya saben, si van a corregir algún texto, siempre es bueno apoyarse en una hoja de estilos, la cual se basa en el manual de estilo de la casa editorial (si es que lo tiene), o en los criterios de las personas que están dentro del proceso. Recuerden, es mejor tener anotados los criterios a estar manejando uno por cada caso.
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