El rollo y el volumen
n la Antigüedad clásica el libro era, propiamente dicho, un volumen o rotulus, es decir, un rollo. Este se fabricaba a partir de franjas de papiro, material que era usado en Egipto desde principios del III milenio y en Roma desde el siglo III a. C. La forma de escritura desde el Imperio Antiguo solía hacerse con un cálamo, un tallo de caña tallada.
Los textos menores eran escritos en tablas de madera, los ostracca (cerámicas grabadas) y, sobre todo, en las tablas de tierra cocida, de arcilla o de cera negra (pugillares). En el caso de estos trabajos se utilizaba un estilete (stilo, graphium).
Con la desintegración del Imperio Romano se interrumpió la ruta del papiro, aunque se siguió utilizando hasta el siglo V, llegando quizá a extenderse hasta el siglo XIII en obras o en ciertos manuscritos litúrgicos.
El volumen era un soporte que complicaba mucho la lectura, por ejemplo, no se podía trabajar con muchos rollos o tomar notas pues se imponía una lectura continua e impedía la consulta. Esta situación no sucedía con el rollo ya que era frecuente disponer de columnas para organizar el texto en columnas por páginas. Por este motivo el término página hace referencia al número de columnas que están presentes a la vez ante los ojos del lector, mas tarde significaría el lado escrito del volumen.
Los volumina solían guardarse enrollados en jarras de cerámica, algunas veces se ponían en estantes, cajas o cofres (archa, archivium, que darían a lo que conocemos como archivos, es tomado de la designación del Arca de la Alianza), estanterías o armarios (armarium). Se dice que en algunos casos la altura del rollo podía superar los 10 metros.
Los textos menores eran escritos en tablas de madera, los ostracca (cerámicas grabadas) y, sobre todo, en las tablas de tierra cocida, de arcilla o de cera negra (pugillares). En el caso de estos trabajos se utilizaba un estilete (stilo, graphium).
Imagen tomada de Scripta Antiqua.
El fresco hace referencia al panadero Próculus y a su mujer donde se muestran las tablillas de cera y el papiro. Ella sujeta un codex triptychon, o conjunto de tres tablillas enceradas, y un stylus o punzón. Mientras que él tiene en la mano un papiro enrollado.
Con la desintegración del Imperio Romano se interrumpió la ruta del papiro, aunque se siguió utilizando hasta el siglo V, llegando quizá a extenderse hasta el siglo XIII en obras o en ciertos manuscritos litúrgicos.
Rollos del Mar Muerto
El volumen era un soporte que complicaba mucho la lectura, por ejemplo, no se podía trabajar con muchos rollos o tomar notas pues se imponía una lectura continua e impedía la consulta. Esta situación no sucedía con el rollo ya que era frecuente disponer de columnas para organizar el texto en columnas por páginas. Por este motivo el término página hace referencia al número de columnas que están presentes a la vez ante los ojos del lector, mas tarde significaría el lado escrito del volumen.
Los volumina solían guardarse enrollados en jarras de cerámica, algunas veces se ponían en estantes, cajas o cofres (archa, archivium, que darían a lo que conocemos como archivos, es tomado de la designación del Arca de la Alianza), estanterías o armarios (armarium). Se dice que en algunos casos la altura del rollo podía superar los 10 metros.
Comentarios
saludos